Hay historias que se quedan en la memoria de las personas, como la de Rosalía Lombardo, una niña que nació en Sicilia (Italia) el 13 de diciembre de 1918, pero antes de cumplir 2 años falleció (justo el 6 de diciembre de 1920) por cuenta de una neumonía.
Cuenta la leyenda que su papá, el soldado italiano Mario Lombardo, buscó a un profesor de química para que la embalsamara, pues era demasiado hermosa y la quería demasiado. El encargado de este proceso fue Alfredo Salafia, cuyo método fue tan bueno, que hasta sus órganos se conservan intactos más de un siglo después, al punto que hoy en día es considerada ‘La momia más hermosa del mundo’ y hasta la apodan ‘La bella durmiente’.
Su cuerpo reposa en una urna de cristal en las Catacumbas de los Monjes Capuchinos, en Palermo (Italia).
Quienes la han visto dicen que detrás de su cuerpo se esconden historias asombrosas, pues dicen que la han visto abrir y cerrar los ojos en más de una ocasión, como si cobrara vida nuevamente; en cambio, otros piensan que ella es la reencarnación de Santa Rosalía, una mujer que supuestamente fue llevada a una cueva por un grupo de ángeles y allí vivió toda su vida como una ermitaña, hasta que falleció en el siglo XVII. Desde entonces es considerada como la protectora de Palermo.
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Un enigma para los científicos
Para corroborar que en verdad se trata del cuerpo de Rosalía y no un muñeco, los expertos le realizaron radiografías al ataúd para no exponer el cadáver al aire de las catatumbas, en efecto se trata de un cuerpo humano con sus órganos completos.
Por si fuera poco, leyeron el libro de memorias que escribió el químico italiano para entender la técnica que utilizó para la perfecta conservación del cadáver. En este texto notaron que utilizó una técnica única a base de formalina para eliminar las bacterias del cuerpo, causantes del proceso de descomposición, la embalsamó en glicerina para evitar la deshidratación del mismo, y también preparó una mezcla de sulfato de zinc y cloruro de zinc para endurecer el cadáver, más una solución saturada de alcohol y ácido salicílico para matar los hongos presentes en la carne. Se dice también que Alfredo le sacó la sangre a la niña y le inyectó en sus venas la solución química.
Por otro lado, instalaron una cámara para corroborar si en verdad la momia abre y cierra los ojos como afirman algunos curiosos y, para sorpresa de todos, corroboraron que los párpados de la niña se abren y se cierran en un periodo de 12 horas, dejando ver sus ojos azules, pero hasta la fecha la ciencia no ha podido aclarar por qué ocurre esto.
Hasta Natgeo analizó su cuerpo
La historia de Rosalía ha llamado tanto la atención de la comunidad internacional, que hasta el equipo de National Geographic viajó en 2009 a las catacumbas de los Monjes Capuchinos para realizarle una resonancia magnética al
cadáver de la niña.
Ayudados con tecnología, realizaron un mapa 3D de las partes internas y externas de su cuerpo, descubriendo que sus órganos se encontraban intactos y en la posición original. Además, corroboraron que en ningún momento su cuerpo ha sido alterado. En cuanto a sus ojos, se percataron que no estaban del todo cerrados, por lo que depende del ángulo de donde se observe su féretro podría decirse que los tiene abiertos o cerrados.
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