El reciente avance en la comunicación onírica logrado por REMspace, una empresa de neurotecnología basada en Estados Unidos, ha sorprendido al mundo científico y al público en general. La posibilidad de que dos personas puedan comunicarse durante el sueño era, hasta hace poco, un concepto reservado a las películas de ciencia ficción. Sin embargo, un experimento realizado el 24 de septiembre de 2024 cambió esa percepción, marcando un hito en la exploración de la mente humana y el potencial del sueño. La investigación permitió la primera comunicación bidireccional entre dos individuos en estado de sueño lúcido, y sus implicaciones podrían transformar significativamente la manera en la que entendemos la interacción humana y las terapias basadas en el sueño.
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¿En qué consistió el experimento?
Durante el experimento, los investigadores emplearon un sistema capaz de detectar las ondas cerebrales en la fase REM, la etapa más intensa del sueño en la que las personas son más propensas a tener sueños lúcidos y a ser conscientes de que están soñando. Esta fase permite una actividad cerebral que se asemeja a la que ocurre cuando una persona está despierta. El experimento consistió en equipar a los participantes con sensores y auriculares que transmitían mensajes específicos. Una vez que se identificó que uno de los sujetos había alcanzado el estado de sueño lúcido, se le envió la palabra “Zhilak”, un término del lenguaje ficticio Remmyo, y el participante fue capaz de reconocerla y repetirla en su sueño. Posteriormente, otro participante recibió la misma señal y, en su estado de sueño, confirmó el mensaje.
El sueño lúcido ha sido objeto de estudio durante décadas, asociado con la capacidad del cerebro para simular situaciones y escenarios que pueden ayudar en el desarrollo personal y la superación de miedos. Este tipo de experiencias, en las que el soñador es consciente y capaz de controlar los eventos en su sueño, permiten a la mente practicar habilidades y enfrentar problemas de manera segura. Ahora, con la posibilidad de comunicación bidireccional, se podrían desarrollar nuevas estrategias terapéuticas y de tratamiento de trastornos como la ansiedad, el insomnio y el estrés postraumático. La idea de emplear el sueño lúcido para conectar a personas de manera consciente podría mejorar la cooperación en terapias grupales e incluso en la enseñanza y el aprendizaje de habilidades.
Aunque los resultados de este primer experimento han sido prometedores, Raduga admitió que aún queda un largo camino por recorrer. La meta es lograr que las comunicaciones oníricas sean en tiempo real, lo cual requiere el desarrollo de tecnologías aún más avanzadas. Por ahora, la transmisión de mensajes y su recepción están limitadas por el tiempo que lleva reconocer la fase del sueño y enviar señales específicas. No obstante, la empresa se muestra optimista y proyecta que en los próximos meses se podrán realizar nuevas pruebas que acerquen la tecnología a una fluidez de comunicación comparable a la que tenemos cuando estamos despiertos.
Las implicaciones de este descubrimiento van más allá del campo científico y tocan aspectos filosóficos y sociales sobre la naturaleza de la conciencia y la interacción humana. Poder comunicarse de forma efectiva en un estado en el que las barreras físicas y de percepción se diluyen podría abrir un abanico de oportunidades en áreas como la meditación, la exploración del subconsciente y la mejora de habilidades cognitivas. Este hallazgo también podría llevar a una nueva era en la que las tecnologías oníricas se conviertan en una herramienta común para la introspección, el crecimiento personal y el fortalecimiento de las relaciones interpersonales.
La comunicación en sueños, que alguna vez fue solo una fantasía, ha dado un paso real para convertirse en una parte de nuestra vida cotidiana. Aunque aún hay desafíos tecnológicos por superar, el potencial de este avance es incalculable, y los próximos años prometen ser cruciales para entender mejor hasta dónde puede llegar la ciencia del sueño y la neurotecnología en la mejora de la condición humana y la interacción social.
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