Un joven residente de la provincia de Hebei, al norte de China, en el año 2005, fue vendido por sus padres cuando tenía apenas unos días de nacido. Años después el adolescente investigó y encontró a sus padres biológicos, pero con total sorpresa fue nuevamente rechazado, ya que esta pareja no continuaba junta.

Tras una larga búsqueda por internet, y gracias a la comprobación de una prueba de ADN, Liu Xuezhou encontró a sus progenitores, quienes tras un primer encuentro después de 17 años, le comunicaron que su presencia les perturbaba la vida, y que no querían tener ningún contacto con el.

La triste historia no termina ahí, pues cuando fue acogido por una nueva familia cuatro años después de la venta de sus padres, quedó nuevamente huérfano a causa de un trágico accidente que puso fin a la vida de estos padres adoptivos. 

Después de este rechazo, el chino fue recibido por sus abuelos adoptivos. Ahora subsiste gracias a su trabajo, y recibe un subsidio por parte del gobierno que le ayuda a mantener sus necesidades personales.

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