El 26 de agosto se conmemora el Día Internacional Contra el Dengue, una fecha que resalta la importancia de prevenir y controlar esta enfermedad viral que ha escalado hasta convertirse en un serio problema de salud pública en las últimas cuatro décadas.
El dengue es causado por un arbovirus de la familia Flaviviridae, que se transmite a los humanos a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti. A lo largo de los años, el número de casos ha aumentado de manera alarmante, con fluctuaciones notables en diferentes regiones del mundo, incluida Colombia. Esta enfermedad, que no confiere inmunidad permanente, puede afectar a una persona varias veces a lo largo de su vida, cada vez con mayor severidad.
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Los síntomas del dengue suelen manifestarse entre tres y catorce días después de la picadura, e incluyen fiebre alta, dolores de cabeza, dolores musculares y articulares, fatiga y debilidad. Desde 2009, la Organización Mundial de la Salud clasifica el dengue en tres grupos: sin signos de alarma, con signos de alarma y dengue grave. Este último puede desencadenar complicaciones serias como el síndrome de choque por dengue, miocarditis, encefalitis y hepatitis. El tratamiento estándar se centra en la hidratación, el reposo y el alivio de síntomas, pero en casos graves, es necesario recurrir a cuidados intensivos.
En Colombia, la incidencia del dengue ha mostrado variaciones significativas, con una tasa de 154 casos por cada 100,000 habitantes en 2023. Las regiones más afectadas incluyen Valle del Cauca, Huila, Vaupés, Tolima y Amazonas. Durante los años 2015 y 2016, el país experimentó grandes brotes, coincidiendo con la aparición de otros virus transmitidos por el mismo mosquito, como el Chikungunya y el Zika. Estos brotes se tradujeron en un aumento dramático en el número de casos y muertes.
Para prevenir y controlar el dengue, Colombia ha implementado diversas estrategias, entre las que se destacan las campañas de fumigación, la eliminación de criaderos de mosquitos, el uso de mosquiteros y ropa protectora, y la educación comunitaria. Es crucial que la ciudadanía participe activamente en estas iniciativas, eliminando aguas estancadas en sus hogares y apoyando las campañas locales de prevención. Además, el cambio climático ha ampliado el hábitat del mosquito Aedes aegypti, lo que ha incrementado las áreas de riesgo para la transmisión del dengue. Por ello, la educación y la sensibilización en escuelas y comunidades son fundamentales para reducir la incidencia de esta enfermedad.
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A pesar de los avances limitados en el desarrollo de vacunas o tratamientos específicos para el dengue, se están realizando esfuerzos en estudios demográficos para comprender mejor la distribución del virus y los factores de riesgo asociados. Además, se está brindando apoyo logístico y económico a las familias afectadas. En este contexto, el Dr. Álvaro Leal, intensivista de la Clínica Avidanti Ibagué, perteneciente al Grupo Zentria, hizo un llamado a la acción conjunta para combatir el dengue, destacando que la prevención es la herramienta más poderosa para proteger la salud de nuestras comunidades.
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