Creer en Jesús es algo así como contar con un amigo de por vida. No se trata solo de un modelo a seguir, sino de la posibilidad de tener una bendición ante cada circunstancia.
Él siempre está ahí, tanto en los momentos de gloria como en los de adversidad, para brindarle la ayuda que requiera. Así las cosas, nada puede sucederle que no sea para su absoluto bien.
Y a pesar de su incondicional apoyo, no considero que Dios lo obligue a creer en Él, entre otras cosas, porque el Señor le dará las suficientes pruebas de su existencia como para que usted, de forma voluntaria, le responda.
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Pero más allá de seguir a Jesús, todo en su mundo es un asunto de fidelidad tanto con Él como con su vida misma. Para creer, lo decisivo no es la ‘prueba a favor o en contra’, sino la postura interior que adopte ante lo que le suceda.
La fe, además de ser una conexión con el Creador, le permite recuperar la confianza en usted mismo, además de abrirle la puerta a miles de oportunidades. Con ella puede entender que las bendiciones llegan en el momento que Jesús lo permita y, sobre todo, se da cuenta de que su respaldo es una ‘inyección’ que lo fortalece ante cualquier hecho o suceso intempestivo.
Así que si hoy pasa por una época difícil, recuerde que debe recuperar el equilibrio de su mente y de sus emociones, obviamente conservando su fe. Es clave que crea en usted mismo.
¿Sabe algo? Tal vez eso es lo que le puede hacer falta para iniciar el camino que lo llevará a conseguir lo que desea. Puede creer mucho en Jesús, pero si no da ese paso crucial y si no confía en sus capacidades, no tiene nada que hacer.
Además, debe reflexionar si lo que está haciendo le gusta y si ello le permitirá crecer y ser una mejor persona. Es fundamental que sienta, disfrute y acepte la realidad por la que atraviesa. Y es que eso que le sucede, antes que afectarle, es un insumo para las mejores cosas que llegarán a su mundo.
Durante las fases más oscuras debe centrarse en ver la verdadera luz. Descubra lo que quiere hacer, pero no se estrese por lo que vaya a pasar.
También dése la oportunidad de redescubrir otras situaciones y déjese sorprender por la vida misma.
Ojo: Debe dejar de almacenar en su mente tantas ideas negativas y temores. No se llene de ‘fantasmas’ que solo están en su cabeza.
Si cree que está destinado a padecer todas esas angustias que dice tener, en lugar de solucionarlas las multiplicará. Deje de lamentarse porque eso hace que pierda el control de sus asuntos y lo puede dejar inmóvil o al borde del camino.
Todos esos temas pendientes que lo atosigan se solucionan si se concentra y decide actuar. Cuando logre enfocarse, las cosas le van a resultar de la mejor manera posible y los éxitos no se harán esperar.
De esta forma, su capacidad de trabajo será recompensada y el mismo universo ‘conspirará’ para que se le presenten buenas oportunidades.
Es hora de limpiar su mente de negatividades; además, le corresponde prepararse para enfrentar su cruda realidad. Si algo le falla, busque la razón de ese resultado nefasto. Poco a poco irá recuperando la confianza en sí mismo y, de paso, se acercará más a Dios.
Por eso, debe ponerse manos a la obra y tener presente que puede salir adelante dejando ese rol de víctima que asume con relativa frecuencia.
Sea propositivo, acepte los errores que haya cometido, corríjalos y decida encarar su vida cuando antes. No se complique y verá que más temprano que tarde comenzará a recibir las bendiciones del Creador. Así sea.
Redacción: Euclides ‘kilo’ ardila
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