¿Enfrenta usted sus penas, dolores breves reflexiones o tristezas bajo una aparente serenidad que oculta cualquier emoción negativa? ¿Qué tan ‘bueno’ o ‘malo’ es esa forma de asumir la adversidad?
Hay quienes, a pesar de estar pasando por complicados momentos, siempre los disimulan y evitan al máximo exteriorizar esos dolores. Por encima de las penurias, desgracias, adversidades o tragedias por las que atraviesan, tienen una alta dosis de valor que les permite soportar esos calvarios con la mayor entereza posible.
Ellos afrontan sus vía crucis en silencio y, de esa forma, procuran mitigar la frustración y el desencanto que les generan tales vicisitudes. Y usualmente lo que vemos de estas personas se encuentra limitado, impidiéndonos analizar las cosas en su totalidad y la verdadera complejidad de lo que les ocurre.
Lo propio pasa con muchas de nuestras afugias. Lo que los demás perciben de nosotros es sólo una pequeña parte de la procesión que realmente acontece a nuestro alrededor. Cuántos padres, estudiantes o empleados, pese a que no vivimos tiempos fáciles, sobrellevan sus problemas cotidianos imponiéndose la obligación de “poner buena cara al mal tiempo”. A veces refuerzan sus risas y el sentido del humor para superar el desánimo y la tristeza de una forma disimulada.
Debemos ser más empáticos con los que sufren e incluso también nos corresponde ser autocompasivos con nuestros dolores de cabeza. Yo sé que la vista parece haber sido condicionada a apreciar lo evidente, lo superficial o lo externo; sin embargo, más allá de lo que vemos, se esconde una profundidad que merece ser explorada.
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Algunos pueden mostrar una actitud fría o distante, ocultando sus verdaderos sentimientos detrás de una coraza aparente. Es importante recordar que la verdadera grandeza reside en el corazón de cada quien. No debemos juzgar ni medir a los demás sin antes comprender el suplicio por el que pasan.
Es necesario trascender, pensar desde una perspectiva distinta y comprender que las verdades más auténticas se anidan en el alma de las personas. Debemos mirarnos a nosotros mismos de manera más profunda, reconociendo que detrás de lo superficial se esconden realidades más complejas.
Solemos observar las máscaras que las personas utilizan para mostrar una imagen determinada, pero la verdadera esencia es lo que se lee en sus ojos. A menudo las apariencias engañan y es necesario ir más allá de ellas para comprender la verdadera naturaleza de cada ser humano.
Reitero que casi siempre las personas muestran facetas distintas a las que realmente llevan consigo, ya sea por miedo, dolor o simplemente para aparentar algo que no son.
Es clave recordar que la realidad que percibimos en el mundo exterior es un reflejo de lo que llevamos en nuestro interior. Sólo cuando logremos comprender y aceptar esa verdad, estaremos en sintonía con nuestra auténtica esencia espiritual.
Él lo bendice
¿Qué temor lo atrapa en este momento? ¿Qué amenaza o dificultad está enfrentando? Ha de saber que la expresión ‘no tema’ es la que más se encuentra escrita en las Sagradas Escrituras. ¿Por qué? Porque tal expresión es el consejo de Jesús para que usted viva cada día sin miedo.
¡No olvide elevar sus plegarias a María Auxiliadora!
María Auxiliadora, Patrona de los Salesianos: no me desampares, permite que pueda robustecer mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda lo que debo asumir en mi vida; e intercede por mí para que logre, mediante tu mediación, la bendición de Jesús. Amén.
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