El ministro de Salud, Fernando Ruiz, confirmó en entrevista con Blu Radio que el Invima está estudiando las solicitudes que hicieron las farmacéuticas Sinovac y Pfizer para que sus vacunas contra el COVID-19 sean aplicadas a los niños entre los 5 y 11 años.
Ante esta sorprendente noticia, hablamos con el epidemiólogo Jaime Ordóñez para entender las claves de esta importante decisión.
Una decisión contra el avance de contagios
¿Qué es más probable, que llegue usted a una reunión y todo el mundo lo coja a picos o que llegue un niño de 5 años y todo el mundo lo coja a picos?
Con esta pregunta, el doctor Jaime Ordóñez explica el porqué es importante que la vacuna contra el COVID-19 llegue a los más pequeños del país. Y es que en sus palabras, “la probabilidad de que el coronavirus contagie a un niño es igual a la que tiene en un adulto y, por lo tanto, tienen la misma o más capacidad de contagiar, porque en una reunión lo normal es acercarse a abrazar y consentir a un niño y nadie sospecha, porque ellos generalmente son asintomáticos”.
Una vacunación de calidad
Aunque el doctor Ordóñez considera acertada la decisión para así llegar a la necesaria inmunidad del 90% de la población, también tiene sus dudas en que esto se logre con la vacuna de Sinovac.
No es que Sinovac produzca efectos adversos, pero con la información que tenemos hasta el momento y los resultados en el país demuestran que esta vacuna tiene una eficacia del 60% para prevenir el contagio; mientras que la vacuna de Pfizer tiene una capacidad de protección del 95,6%, entonces vacunar con Sinovac es aumentar las posibilidades de que necesitemos otra dosis de refuerzo”, argumentó.
Efectos positivos para su salud
El doctor Jaime Ordóñez resalta que, si bien la tasa de mortalidad entre personas menores de 25 años es baja, y es especialmente baja en niños menores de 10 años, dice iniciar un plan de vacunación en esta población impactará positivamente su salud.
” Necesitamos vacunar al 90% dela población. Si no incluimos niños,i ncluso menores de 5 años, no va a ser posible”. señala el doctor Ordóñez.
Hay que pensar en los efectos de largo plazo del COVID-19, pues hay varios reportes de niños que incluso son deportistas y que no han vuelto a hacer deporte después del contagio, porque sufren de fatiga y otros efectos que les han durado varios meses, así que la vacunación aumenta la capacidad de defenderse y evitar esos riesgos”, reiteró el experto.
El camino largo a una endemia
Por último, el epidemiólogo Jaime Ordóñez considera que hay que fortalecer la cobertura en la vacunación, pues el país tiene aún una baja cobertura en esquemas completos de vacunación.
“Hoy tenemos un promedio de 30 muertes diarias, eso está al mismo nivel de una epidemia. Para que nosotros podamos decir que el COVID-19 es una endemia y que está controlada, debemos tener como máximo un promedio de cinco muertes diarias”.
En ese sentido, Dionne Cruz, presidente de la Asociación Colombiana de Salud Pública, también considera positiva la vacunación de niños, pero resalta que hay otros grupos como los que trabajan en labores domiciliarias y tenderos, que son grupos más vulnerables frente a la mortandad y que se debe hacer una mayor priorización de los grupos de mayor riesgo (como los indocumentados).
Elija a Q’HUBO Bogotá como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí.
¿Qué tal le pareció este contenido?
¡Haga clic en una estrella para puntuar!
Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0
Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sea el primero en puntuar este contenido.