Todos los viernes, sagradamente, Víctor Avellaneda con cuaderno en mano mira la alacena y la nevera y hace una lista de la comida que tiene, hace cálculos en su cabeza y completa la lista con lo que le pueda hacer falta para cocinar. Este es solo el inicio de una larga jornada para preparar un sencillo pero vital banquete para 120 vecinos suyos del barrio Bosa el Porvenir.
“La comida llega por la misericordia de Dios, porque la verdad recién estamos empezando y el apoyo de las personas es limitado, no tengo una organización o entidad atrás que me apoye. En estados unidos tengo una hermana de fe que me ayuda con $10 o $20 dólares que yo hago rendir”.
Lea aquí: Dolor por la muerte de Fernando en Kennedy
Con lista en mano, el pastor Víctor, quien fundó la comunidad religiosa del Ministerio Internacional Jesucristo, va por las tiendas, donde algunos comerciantes le dejan la comida más barata, como él dice “de a poquitos, le van dando una libra de arroz, un par de tomates y otras cositas; luego se va a su casa a cocinar. La tarea es larga: lavar, pelar, picar.
Al día siguiente muy a las 4:00 a.m. prende los fogones y empieza a sazonar; mientras la comida va preparando, alista las tazas de icopor y la mesa que pondrá en la puerta del comedor comunitario que fundó hace unos meses para ayudar a quienes más lo necesitan en el Porvenir.
“Este sábado tuvimos una actividad en el salón comunal donde además ofrecimos gratis consultas médicas y odontológicas… La idea es que a futuro se pueda hacer todos los días, de este programa se benefician personas migrantes, personas que están en la indigencia, mamás cabeza de hogar que están sin trabajo y no tienen qué darle de comer a sus hijos”.
Para evitar que su labor social sea motivo de conflictos, el pastor Víctor ha andado por el sector haciendo un censo para identificar a las familias de escasos recursos, los días miércoles va a sus casas y les entrega una ficha para reclamar el almuercito y ayudarles a aliviar su situación de pobreza extrema.
Quitándole víctimas a las drogas
Por otra parte, Víctor ha tocado puertas para hacerle frente a uno de los problemas más duros de ese sector de Bosa: la droga.
“Aquí en el sector hay muchos casos de drogadicción, familias que sufren por el consumo de sustancias, y en alianza con la Fundación Supérate por la Vida, el Ministerio Internacional está moviendo el programa de rehabilitación para la comunidad, del sector ya se han ido jóvenes y la idea es que pronto podamos recuperar y llevarnos a un grupo de jóvenes”.
Aquello que aceptan el reto de luchar contra la droga, según explica el pastor, son becados por las dos instituciones, son internados en la fundación en las mejores condiciones y se les hace un acompañamiento psicosocial, además de recibir capacitación y estudio para que se vuelvan personas productivas. Mientras el padre en intercambio pone de su tiempo para ayudar en programas de socialización a quienes están en Supérate por la Vida.
Lea aquí: Incineró a su pareja y luego confesó el macabro crimen
Victor nos cuenta que ha tenido una infancia complicada porque no fue criado por sus papás biológicos sino por sus papás adoptivos, que en su vida ha tenido altas y bajas, pero al final, como él dice “uno debe dejarse guiar por Dios, yo quiero llevar su mensaje a todos los hogares porque Dios está vivo y con él viven nuestras esperanzas”.
Ahora, a sus 45 años, está empeñado a llevar el mensaje del evangelio a través de un libro en el que ha escrito todas sus vivencias: ‘Los planes de Dios son más grandes que los nuestros’, el cual intenta promover como todas sus campañas de servicio. Si usted desea unirse a esta bonita causa, puede contactarlo al celular 324 3179623 o al correo estavivoministeriointernaciona @gmail.com.
Elija a Q’HUBO Bogotá como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí
¿Qué tal le pareció este contenido?
¡Haga clic en una estrella para puntuar!
Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0
Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sea el primero en puntuar este contenido.