La banda argentina Los Caligaris se presentarán este sábado en el Movistar Arena de Bogotá, en el marco de su gira ‘Premios Caligaris’, el Barrio de Gala’. Q’HUBO habló con dos de sus integrantes.
Si hay una banda querida en Colombia, son Los Caligaris. Basta nombrarla en una conversación para que un buen amante del rock y el ska se llene de emoción y hable de esta como si fuera parte importante de la banda sonora de su vida. Y no es para menos, su propuesta musical, marcada por una influencia circense, llena de alegría a quienes la escuchan y ven en vivo.
Pues en un capítulo más de esta historia de hermandad, la agrupación argentina eligió a Colombia como una de sus paradas en su gira ‘Premios Caligaris – El Barrio de Gala’. Y horas antes de su presentación en el Movistar Arena de Bogotá, Q’HUBO habló con su vocalista, Martín Pampiglione, y su trompetista, Agustín Cuadrado.
Sí que los quieren en Colombia…
Martín: La verdad que sí, tenemos muchísimos amigos. De hecho, ya tenemos un montón de invitaciones que no vamos a poder cumplir. Nos tenemos que quedar como un mes. La verdad es que nos quieren mucho. Ustedes son un público muy muy dado, muy caluroso. Recuerdo el último recital que hicimos en el Royal Center y terminamos de tocar dos o tres canciones, y el público estuvo dos minutos cantando, coreando nuestro nombre, eso me sorprendió.
Sigue vivo el recuerdo de cuando ustedes armaron un concierto en la Media Torta en 36 horas, en 2022. ¿Qué anécdota tienen de eso?
Agustín: Te lo voy a contar de primera mano. Veníamos de pandemia y teniamos muchas ganas de tocar en ese momento. Llegamos a Bogotá dos días antes (del festival Jamming) y nos dijeron que ya no nos íbamos a presentar, que nos subiéramos al avión, todo era una pesadilla. Pero al otro día me desperté a las 6:00 a. m. y ahí le dije a la banda “¿Cómo la ven para tocar? Me encantaría”.
A partir de eso empezó un trabajo contrarreloj porque primero debíamos conseguir el lugar. Sabíamos que nos gustaba que era la Media Torta y tuve en aquel momento dos personas de Bogotá que ayudaron mucho a que esto suceda. Empezamos a llamar desde las 6 de la mañana hasta la madrugada buscando sonido, tener las autorizaciones de la Alcaldía…. toda esa vorágine.
La Alcaldía tenía miedo que se armara un lío, pero nos movió el amor por la gente; era como un regalo que nos dábamos mutuamente: nosotros de tocar y la gente de vernos. Y se puso hasta la madre: no sé… hubo como 10 mil personas, no lo pudimos creer. Fue el show más emotivo por lo que significó, porque había gente que vino de otras ciudades, de otros países como Ecuador; personas que vendieron cosas para comprar el boleto (del Jamming).
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¿Para su presentación en el Movistar Arena qué puede esperar el público?
A: “Nos gustó la idea de hacer una premiación, una gala, con nominaciones y premios propios en los que la gente puede interactuar, elegir algunas canciones en el show; también se puede llevar un premio. Somos una banda de barrio y nos gusta esto de juguetear con estas cosas. Si alguno quiere ir en chanclas, que lo haga, que lo disfrute y se divierta. Tratamos de buscarle alguna situación lúdica.
Por estos días ustedes están estrenando una nueva canción, llamada ‘Hablar de flores’, que la cantan junto a Coti. ¿Cómo fue el proceso creativo?
A: Es una canción que nos estaba dando vueltas en la cabeza. Queríamos que nos acompañara alguien para terminar de cerrar la idea del tema y Nico Cotton, que es un gran productor argentino, le dio como la frutilla del postre. Es una canción que se arrima un poquitito a más a un sonido pop y bueno, y obviamente a Coti le quedó como anillo al dedo, la enalteció.
Él, como compositor e intérprete, le ha aportado al cancionero popular mundial, entonces para nosotros era como re importante que nos dijera que sí. Le gustó mucho la canción, no se metió en la composición de la canción en sí, pues el tema es de Valentín, el tecladista de la banda. Nosotros procesándola en la sala de ensayo dándole nuestro sonido y Coti aportándole su impronta quedó buenísimo.
¿Cómo llevar el concepto del circo a su propuesta musical y mantenerse vigentes?
M: “Nací en un circo, en el de los ‘Hermanos Muñoz’. Era el circo de mi abuelo. Vivía en una casilla con mi padre y mi hermano; mi abuela mi abuelo que eran los dueños del circo; al otro lado vivián mis tíos… era toda mi familia y viajaba con ella por diferentes lugares. No tuve una vida muy diferente en este momento hasta los 10 años, hasta esa edad viví en el circo, después me establecí a Córdoba y ahí conocí al resto de los Caligaris.
Yo Hablo maravillas del circo porque allí pasé los mejores años de mi vida. Mi objetivo siempre era ser un artista de circo: quería entrar a la cama elástica a hacer malabares, lo aprendí, también entré en la magia. Pero hay una frase que dice: “Si uno gasta un par de zapatillas en el circo no se va más”. Y es verdad, si uno pase un tiempo un tiempito prolongado en el circo te atrapa la magia.
Entonces el circo tiene mucho que ver con Los Caligaros, no solamente en la parte que uno ve en el espectáculo. La organización que tenemos nosotros los es muy similar a la circense; el circo es una organización muy horizontal. No es más importante el que hace el salto mortal que el que le pone la cama elástica y el taco para que no se mueva y pueda saltar tranquilo. Creo que eso lo hemos aprendido de Los Caligaris: acá dentro del grupo me toca cantar y soy una de las caras del grupo, pero no soy más importante que el que toca la batería o el bajo; acá somos todos si fuéramos un equipo.
Ya que hablan de fútbol, ¿qué tan conectados están con el que se juega en Colombia?
M: A la selección colombiana la sigo, me gusta. De hecho yo soy hincha de River Plate y allí está ‘El Colibrí’ (Miguel Borja), que se lo vamos prestar para la Copa América. No sigo digamos del fútbol colombiano, sí, por ahí veo algunos partidos que nos toca con algún equipo colombiano en Copa Libertadores. A mí me gusta mucho el fútbol.
¿Qué tan importante es Colombia en su carrera?
M: Muchísmo. Creo que México fue el primer país que nos prestó su oído, pero después viene Colombia. Tengo anécdotas acá, como cuando tocamos Rock al Parque. Recuerdo que el jefe de seguridad del festival nos vio con globos y con la cara pintada con maquillada y nos dijo: “Los dos shows más peligrosos que tenemos en este festival son ‘dos minutos’2 Minutos’ y ‘Los Caligaris'”. Y le respondimos: “¿Nosotros?”. Y nos dijo: “Sí, vienen a ver barras de Medellín, de Bogotá, de Cali, de todos lados vienen a verlo. ¿Ustedes dicen me colaboran si hay algún disturbio?”, y le dijimos que claro que sí. Pero nada que ver, nosotros hablamos desde la alegría.
Si tuvieran que elegir el disco que más disfrutaron hacer, de los 11 que lanzaron a la fecha, ¿cuál sería?
A: El primer disco cualquier banda cualquier artista lo hace de una manera muy desprejuiciada. No tiene el consejo ni la presión de nadie. Son canciones que estaban ahí y eso era la banda en ese momento, es una foto, pero también muestra la esencia de ese momento. Lo hicimos cuando teníamos 17 – 18 años. Y fue muy loco, pues era la época en la que nuestros padres firmaban la autorización para poder hacer el contrato discográfico y grabar ese disco. Fue muy lindo. Es una mezcla entre sueños e incertidumbre y esta cosa loca de grabar canciones.
¿Con qué le gustarían innovar?
A: Somos inquietos. Si vos me preguntás, tenemos ganas de hacer un disco de canciones festivas. Hace un tiempo que tenemos ganas de armarlo. A mí personalmente y a muchos de los chicos nos gustaría hacer un compilado de canciones de ska, de rock un poquitito más para arriba, porque tenemos ganas de transmitir alegría. Nos tomamos la alegría en serio, como dice una canción, no como una situación banal. Hay bandas que tienen sus banderas revolucionarias la nuestra es la alegría.
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