A Tatiana Murillo la conocen hoy en día como la ‘Barbie Humana Colombiana’. Ella se ha ido transformando en una réplica de la muñeca a punta de bisturí. De hecho, se ha sometido a tantas cirugías, que hasta el momento enumera 17, pero de forma muy honesta acepta que posiblemente se le olvida contar alguna…
Pero lo que muchos desconocen es la motivación que ha tenido esta mujer para transformarse: a sus 14 años recogía café en el campo porque viene de una familia de escasos recursos. Sin embargo, esa vida no le gustó y no le interesó quedarse en lamentos, porque le atrae la vida con lujos y vio a través de su imagen una forma de trabajar y hacer mucho dinero.
Hoy, con 30 años, esta mujer oriunda de Caicedo (Antioquia) es empresaria de eventos y se autodenomina como la réplica humana de la muñeca más famosa del mundo, la misma que no pudo tener en su infancia. En LA Q’ hablamos con ella y no tuvo reparos en destapar la mujer irreverente que hay detrás de toda su vanidad.
¿Cómo fue su inicio en el mundo del espectáculo?
Ingresé a Radio Máximo, una emisora de mi pueblo, totalmente empírica, porque todas mis amigas recogían café en esa época. Yo lo hacía por necesidad, pero no me gustaba. Entonces entré como una forma de correrle al mundo de las drogas y a la influencia de los grupos armados. Decidí invertir ese tiempo en ser locutora y fue una puerta que me salvó y me lanzó a este mundo a los 14 años, en un pueblo pequeñito de 8 mil habitantes. Me volví una celebridad en el pueblo, porque todo el mundo conocía a Tatiana Murillo gracias a la emisora y ese mundo me gustó. Después me fui a Medellín y empecé el cuento de las redes sociales, contando mi historia y vendiendo de todo. Hasta que monté mi empresa de eventos y empecé a compartir el detrás de cámaras de todo lo que hacía.
También estuvo un tiempo cantando, ¿qué pasó con la música?
Cuando pasó el escándalo que toda Colombia conoce, por respeto a mi carrera y porque sé cómo son de crueles las personas y los medios, me di un descanso. Creo que la música es algo tan respetable como una ingeniería o cualquier otra carrera, entonces no le quise dar ese protagonismo feo.
¿A cuál escándalo se refiere?
El año pasado tomé más visibilidad en el país y en el mundo, porque hasta en Rusia salimos, porque le regalé una rinoplastia a mi hija (de 12 años). Para todos fue un escándalo, para mí no. Yo no me dejo llevar por lo que dice la gente, siempre soy muy individualista a la hora de tomar decisiones y mi hija necesitaba una rinoplastia funcional. Aparte de eso sufría de bullying y no le gustaba su nariz, fueron tres factores que tomé en cuenta para darle ese regalo. Debido a eso se visualizó mucho mi transformación a ‘Barbie Humana’.
Ya su hija se operó, ¿qué decirles a quienes la cuestionan como madre?
Me da curiosidad que la gente me diga: el problema no es la cirugía, sino que lo hiciste público. Entonces la gente en este país está acostumbrada a hacer las cosas a escondidas. No sé qué clase de personas me cuestionan cuando yo como mamá haría cualquier cosa por mi hija, porque yo viví una niñez muy hermosa, pero con muchísimas necesidades y sé que si mi mamá hubiera tenido en ese tiempo para regalarme una cirugía funcional, lo hubiera hecho porque somos autónomos. Me cuestionan y dicen que el Icbf debería intervenir, cuando Sofía es una niña ejemplar, que toca tres instrumentos, estudia dos idiomas, trabaja conmigo y es muy madura para su edad. Entonces les digo que vean un poquito más allá.
Háblenos de cómo empezó su transformación a Barbie Humana
Empecé a mis 20 años, porque quería operarme la nariz; realicé mi primer evento y lo primero que hice fue pagar deudas y operarme. Tengo que ser sincera, en ese momento no dije que haría una transformación total, pero esa cirugía me dio un cambio radical y empezó a pulirme. Ese personaje siempre me ha gustado y como campesina nunca imaginé tener la vida que tengo ahora, entonces convertirme en lo que yo nunca tuve cuando niña, se volvió un reto. Tatiana nunca tuvo una Barbie, tampoco soñó con convertirse en una, pero se fue dando en una cirugía tras otra. De hecho, por mucho tiempo a nadie le dije a quién me quería parecer porque es ridículo para todo el mundo.
¿Crees que las cirugías son adictivas?
Completamente, se vuelve un tema adictivo (…) Con la rinoplastia me cambió tanto el rostro, que empecé a pulirme con cirugías y el tema se volvió adictivo porque he contado con muy buena suerte, me ha gustado mucho el resultado. Hay personas que quedan desfiguradas.
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