Aunque sonó la caja, la guachara y el acordeón con algunas de las canciones más representativas de La Provincia, entre los clásicos del vallenato y sus propias canciones, el dolor y la tristeza era total en el último adiós al acordeonero Egidio Cuadrado.
En las instalaciones de Jardines del Recuerdo a las afueras del norte de Bogotá, este martes, amigos, familiares y colegas se dieron cita para cumplirle la promesa a uno de los más destacados hijos de Villanueva (Guajira), quién en tierra de grandes acordeoneros, fue uno de los mejores.
Buena parte de los integrantes de La Provincia se hicieron presentes, como Eber Polo, su guacharaquero, así como Carlos Iván Medina, Maité Montero, quien se despidió de Egidio interpretando su famosa gaita, junto al ‘Papa’ Pastor, con quien venía trabajando en una producción discográfica que estaba a punto de culminar.
“Solo existe un Egidio Cuadrado y ya está en el cielo, junto a su hermano y de parranda”, afirmó Maité Montero visiblemente triste por esta partida, recordando que hace un poco más de un año también sufrieron la partida de Teto Ocampo, otro de los fundadores de La Provincia a inicios de la década de los noventa.
Las miradas estaban puestas en Christian Camilo Peña, Rey Vallenato que ha reemplazado desde hace algunos años a Egidio Cuadrado en el acordeón dentro de La Provincia, ganándose la titularidad a pulso.
Artistas despidieron al maestro
Otros artistas como Adriana Lucía, Mauricio & Palo e Agua y Chabuco se hicieron presentes y cantaron en esta despedida canciones como ‘Amor sensible’ de Freddy Molina Daza, que hizo parte del repertorio escogido por Carlos Vives y el propio Egidio Cuadrado para ‘Clásicos de la Provincia’, álbum publicado hace más de 30 años y que se ha convertido en pieza fundamental de la historia de la música colombiana.
Sus compañeros de La Provincia recordaban que siempre, cuando se iniciaba la selección de las canciones para interpretar en una nueva gira de conciertos, ‘Amor sensible’ era una de las primeras que él proponía.
Tras una mañana soleada en Bogotá, el cielo se cubrió y la lluvia agudizó la tristeza y la nostalgia aumentó, mientras se entonaban distintos vallenatos con los artistas con largos abrigos oscuros.
Esto no impidió que a lo largo de la mañana y el comienzo de la tarde, continuara llegando la gente a la despedida, al tener tan sólo algunas horas más para participar en las honras fúnebres, antes de cerrar las puertas y permitir una ceremonia mucho más íntima con su familia, entre sus hijos y nietos, además de los colegas y amigos más cercanos al legendario acordeonero.
Por momentos, Carlos Vives, quien lideró este homenaje y despedida, no podía seguir cantando ante el sentimiento de profunda tristeza por la partida de su compadre, con quien hace de más tres décadas atrás, luego de múltiples intentos por incursionar con fuerza en la música, saltó al vacío con su fusión de vallenato tradicional con ritmos más contemporáneos como el rock y pop, que en sus inicios fue aceptado por los roqueros y criticado por los puristas del folclor vallenato.
“El año pasado sufrimos la pérdida de Teto Ocampo y ahora de Egidio Cuadrado. Eran dos claves en la construcción de la propuesta de La Provincia, Teto con su guitarra eléctrica aprendió de la música de raíz, mientras que Egidio Cuadrado, Rey Vallenato, se volvió roquero con su acordeón”, comentó Carlos Vives.
En esta parranda de despedida no podía faltar uno de los más grandes clásicos de la autoría de Rafael Escalona, ‘Jaime Molina’, aquel himno vallenato que sería una de las canciones fundamentales dentro de la miniserie ‘Escalona’ en la que se unieron musicalmente Vives y Cuadrado, para crear juntos una de las historias más brillantes de la música en Colombia.
Redacción Colprensa
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